Control de los dedos del baloncesto
BaloncestoAunque parezca un detalle sin importancia, ser capaz de utilizar hábilmente las puntas de los dedos es una parte vital del conjunto de habilidades de un jugador de baloncesto. En todos los aspectos del juego, el tiro, el pase, el regate y la defensa, controlar bien los extremos de los dedos puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota.
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Rollo de dedo
Un "finger roll" es un tipo de "layup" en el que los jugadores dejan que el balón se deslice fuera de sus manos y luego se deslizan hacia arriba con las yemas de los dedos para que puedan hacer pasar el balón por encima del aro. Se utiliza cuando hay mucha presión en torno a la canasta y hay que soltar el balón rápidamente pero con potencia. También se utiliza cuando no se puede conseguir un ángulo hacia el tablero.
Un jugador con la capacidad de controlar los tiros alrededor de la canasta con la punta de los dedos le da una gama más amplia de opciones de anotación.
Disparando a
Los dedos son importantes no sólo para la precisión del tiro, sino también para el efecto. Las puntas de los dedos son las principales generadoras de efecto de rebote en un tiro y el posterior seguimiento, que da a la pelota una mayor posibilidad de rebotar una vez que toca el aro.
Pases y regates
Los jugadores más hábiles utilizan las puntas de los dedos todo el tiempo. Cuando pasan el balón, son importantes para rodear a un defensor y meter el balón por el agujero.
El regate requiere una mayor destreza de los dedos, ya que cada cruce, movimiento de giro y detrás de la espalda es sólo tan exitoso como las manos del jugador se lo permitan. Ser capaz de regatear sólo con las yemas de los dedos no sólo te da una gama más amplia de opciones, sino que disminuye la posibilidad de cometer errores, ya que puedes controlar el balón con mayor facilidad.
Defensa
El uso de las "puntas de los dedos" se realiza principalmente en el ámbito defensivo como una fuerza impenetrable. Tanto si se trata de bloquear apenas un tiro como de inclinar un pase, ya sea como desvío o como robo, es imprescindible que un jugador defensivo mantenga los dedos abiertos con las puntas flexionadas para que cualquier contacto altere significativamente la trayectoria del balón.